Desde hace algún tiempo mi adicción es estar en plena noche, bajo la luz de la luna y nada más que estar escuchando música y dejar que mi mente fluya conforme se mezclan mis sentimientos y sentidos para crear una expresión, esta es la primer obra que culminó después de tres noches solitarias.
Ha dado inicio el comienzo de un final, mi corazón y mi alma están preparados
mientras aquella melodía suena el violín llora sabiendo que esta noche es la última
la luz de la luna es tan hermosa, tan hermosa como los ojos de aquella doncella.
Estoy preparado para inmolarme, como obediencia al eterno amor que juré
cuando hace dos lunas atrás, tras la luz de la noche, entregándonos el uno al otro
mientras al oído susurrabas mi nombre y yo enunciaba el tuyo.
Las notas musicales serán el testimonio de mi existencia, ya no habrá más de mí
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